LAS ALMOHADAS SABEN DEMASIADO

 

 Sueños rotos, o sin cumplir; preguntas sin respuesta, o respuestas que no sabemos asumir. Jocosos gemidos, sollozos; ¡que se yo, la fantasía es un sinfín...!

 

Quien no se ha dejado persuadir, ante ciertas inseguridades provenientes de ese maldito cerebro, (que no

 

 

descansa ni queriendo), sobre esa pieza mullida, que nos ayuda a transportarnos a viajes de ensueño o a empujarnos a espantosas ilusiones…

 

Quien no ha maldecido encima de su almohada, (su mayor testigo), con calumnias y gritos, sobre injusticas y delirios, a personas o a denigrantes momentos…

 

“Pobre cabecera; que encima de pasar toda la noche aplastada, aguanta estoica, el paso de carros y carretas”

Almohada, es un término árabe. Lo cual proviene del termino “jaddal”, Ese es, su auténtico significado natal. Simboliza, lado o mejilla. Donde también es saludable, que repose nuestra parte occipital.

 

Las almohadas saben demasiado; de quien las pueden adquirir; ¡claro! Porque quien no tiene techo, se conforma con hacer, a  los sacos o los cartones, sus delatores sabios.

Su inicio proviene de la clase alta. Las hay, hasta con cajas hechas con materiales de piedra, madera, o porcelana.

Pero esa pieza; cual de la forma que sea, nunca entenderá de “clases”. Ni jarana, ni oídos omisos.

Nos escucha siempre, y se vuelve confidente;  en que al menos en los sueños, alcancemos lo que no podemos, querer hacer despiertos.

 

 

 

 

Antonio del castillo